Hola amigos del foro.
El miércoles pasado, me llama el amigo Antonio Martí.
Me dice, Antonio vente para aquí, que te tengo que decir algo. Y quedo para pasar al día siguiente jueves.
Voy a verlo, y me lo encuentro sentado en su sillón, casi durmiendo, y en cuanto me ve, me dice, me dijiste que te gustaba mi pinacho, pues me he decidido, y si quieres, pues te lo vendo.
Yo me quedo un poco cortado, porque eso quería decir que de verdad se encontraba muy mal.
Desprenderse de su querido pinacho, eso era una clara demostración de su estado de salud.
Sin pensarlo, como es Él, se levanta del sillón, y me dice vamos al taller. (está como a 40 metros de casa, pasando la piscina).
Mira, así se pone en marcha así se para, le falta un piñón del cambio de velocidades, en vez de 12, solo tiene 9,...........
Y sin darme cuenta se me cae al suelo desmayado. Yo, como pude, consigo levantarlo, y sentarlo en una silla allí en el taller.
No tenía fuerzas ni para levantarse, sin embargo ahí estaba al pie del cañón, en su querido taller.
No me dejó llamar a la ambulancia, ni a su hijo mayor, el que vive en el piso de arriba del chalet.
Genio y figura.
Pues lamentablemente, al día siguiente viernes, lo ingresaron en el hospital.
Hoy mismo lo he visitado, y prácticamente ya no conoce a nadie, y hablando con su hijo, me ha confirmado el peor pronostico.
Ya no saldrá del hospital.
A nuestro amigo le queda solo un hilito de vida. Que tristeza, que impotencia, con lo que ha sido.
Pero nos quedarán sus palabras en este mismo hilo, y en muchos otros, que demuestran lo grande de este amigo, que en contra de quejarse, como haríamos casi cualquiera de nosotros, aún nos da ánimos a nosotros para que no suframos por su enfermedad.
Sean estás palabras como un pequeño homenaje, para un gran hombre, y un gran amigo.
Y ya termino, que no me veo capaz de seguir escribiendo nada más....
Hasta siempre querido Antonio.