Aunque parezca mentira, la chatarra es un negocio cojonudo. Un buen negocio. Está denostado porque se identifica con gentes de mal vivir, maleantes y pedigueños. Pero eso viene a ser un 10 por ciento de la realidad. Mi padre se dedicaba a ello como segunda actividad y os puedo decir que siendo honesto, sério y currante, LA CHATARRA ES UN CHEQUE AL PORTADOR. Y una forma muy digna de ganarse la vida. Un submundo en el que el los tratos boca a boca y los acuerdos verbales se respetan y cumplen con honor.
Ejemplo: yo hago un trato con determinado taller (pongamos uno de cerrajería) y voy y les compro la chatarra, la recojo (sudo), y la cargo en mi camioncito, yo ahí llevo un cheque al portador. Me voy al mayorista, me pesa, descargo y recojo los billetes. Y me voy a mi casa o a buscar más chatarra.
Sólo es necesario moverse y echarle un poco de morro.